Durante la temporada de impuestos, demasiados propietarios de pequeñas empresas se ven sorprendidos por facturas de impuestos inesperadamente elevadas que creían haber pagado. Aunque declaran sus impuestos, gran parte del problema se debe a que desconocen los impuestos estimados y, como consecuencia, acumulan deudas fiscales.
A diferencia de los contribuyentes individuales que presentan su declaración una vez al año, el IRS exige a los propietarios de pequeñas empresas cuya los ingresos superan un determinado nivel pagar impuestos estimados cada trimestre. Además, estos impuestos trimestrales difieren de los anuales.
Cuando los propietarios de empresas no calculan correctamente o no pagan sus impuestos trimestrales, pueden ser objeto de sanciones, que acarrean deudas. Por tanto, la mejor forma de evitar una factura fiscal escandalosamente alta sería prepararse, organizarse y planificar adecuadamente.
Existen dos métodos principales para calcular el impuesto estimado:
Si los empresarios cometen errores por sobrestimar o subestimar los ingresos, pueden tomar medidas para remediar la situación u obtener un reembolso. Aun así, calcular los impuestos trimestrales puede ser complicado, por lo que consultar con un profesional fiscal cualificado puede ser la mejor opción.
El IRS no suele notificar los impagos hasta que es demasiado tarde. Para evitar sanciones e intereses, los propietarios de pequeñas empresas pueden plantearse invertir en un programa informático de contabilidad o recurrir a la ayuda de un profesional fiscal. También deben ser conscientes de sus responsabilidades y plazos fiscales y estar al tanto de cualquier cambio en la legislación fiscal que pueda afectar a su negocio.